Ipuy fue uno de los trabajadores que formaron parte de la comunidad de Deir el-Medina. Desempeñó el oficio de escultor, que heredó de su padre y que transmitió, al menos, a uno de sus hijos. Al igual que otros miembros del “Equipo” dispuso de una tumba monumental; a pesar de la desaparición de una gran parte del programa iconográfico, Scheil y Legrain y, especialmente, el equipo encabezado por Norman de Garis Davies supieron reconocer el valor y la originalidad de las pinturas conservadas. Además de las características escenas vinculadas cuestiones funerarias, las paredes de la capilla (en este sentido es un hecho excepcional en la decoración de las tumbas de Deir el-Medina) muestran diversos episodios de la vida cotidiana: trabajo en el campo, pesca y unas detalladísimas escenas de fabricación de objetos funerarios y de culto vinculadas al oficio de Ipuy.