“Él ha mirado su casa, y el niño escucha a su Bes y su corazón se alegra y está contento con la imagen de Bes”
Mammisi del templo de Hathor, Dandara
El peculiar aspecto del dios Bes contrasta fuertemente con la imagen habitual de la mayor parte de las divinidades faraónicas, y no ha de sorprender que su origen sea motivo de controversia y debate. Sin embargo, y a pesar de carecer de templos específicos para su culto, su presencia en múltiples contextos (textos escritos, representaciones parietales, objetos de diversa índole como monedas, amuletos, “cuchillos mágicos”, camas, apoyacabezas, terracotas, “cippus” de Horus…) lo convierten en una de las divinidades más importantes para los antiguos egipcios. Y no solo en Egipto; junto a Serapis e Isis figura entre los dioses egipcios más documentados fuera del valle del Nilo, como así lo demuestran los numerosos amuletos con su imagen o el hecho de que la isla de Ibiza le deba su nombre.
[curso en castellano]