En Cataluña, durante el siglo XVI e inicios del XVII, centenares de mujeres fueron condenadas a morir en la horca acusadas de brujería. Viudas, viejas, inmigrantes, pobres y desheredadas fueron victimas propiciatorias de una sociedad intolerante y con un exceso de fanatismo religioso y ortodoxia. Por orden de tribunales señoriales e inquisitoriales, las supuestas brujas fueron sometidas a torturas físicas y psicológicas escalofriantes con el objetivo de arrancar confesiones delirantes. Un auténtico inframundo en el que declaraciones testimoniales inverosímiles se mezclan con las más crudas miserias humanas. Imagen: portada de un proceso donde la supuesta bruja era Francina Redorta, de Menàrguens, localidad de la Noguera y señoría del Monasterio de Poblet (Archivo histórico de Poblet).
*Este curso se realizará en catalán