La reina Tiy figura con méritos propios en el selecto grupo de las mujeres que contribuyeron al éxito y el esplendor del Egipto faraónico. Esposa de Amenhotep III y madre de Ajenatón coprotagonizó una de las épocas más apasionantes de la historia de la humanidad, disponiendo de casa y tumba en las dos antagónicas capitales del momento. Se han encontrado documentos arqueológicos suyos en numerosos contextos, especialmente en Tebas, Ajetatón, Gurob o en la Alta Nubia, donde contó con un templo dedicado a su culto, en la remota Sedeinga. Estatuas colosales, estelas, relieves y pinturas parietales, escarabeos conmemorativos, objetos de uso cosmético, …muestran la imagen y el nombre de una reina Tiy que cautivó de nuevo al mundo cuando su cuerpo momificado fue identificado tras un ingenioso proceso de investigación.