Una de las características de la religión egipcia es la gran cantidad de dioses que la componen.
En las representaciones parietales de los templos y tumbas, o en la superficie de objetos de todo tipo, aparecen con frecuencia nombres e imágenes divinas: de aspecto humano, masculino o femenino, animal o mixto, cuerpo humano y cabeza de animal, o viceversa; individualizados o asociados a parejas, tríadas o grupos más amplios, en función de sus relaciones mitológicas; entidades divinas que evocan elementos de la naturaleza (el sol, el río Nilo, la vegetación) o conceptos y sentimientos humanos (el amor, el odio, la belleza, el orden, el caos); dioses vinculados a actividades concretas (la agricultura, la caza, la guerra, el parto, los rituales funerarios). Más información.