Con la desaparición de los últimos reyes ramésidas se inicia el Tercer Período Intermedio, que viene marcado por la división del país en dos zonas: al norte continúan reinando los reyes de las Dinastías XXI y XXII, mientras que en el sur el clero de Amón tomó el poder. Este hecho hace que los reyes dejen de enterrarse en Valle de los Reyes y dejen de construirse más tumbas particulares en hipogeos. Las costumbres funerarias, debido al empobrecimiento general, se van simplificando y los ajuares funerarios durante la Dinastía XXII se limitan, en la mayoría de los casos, a una estela de madera pintada. Otro hecho importante es la relegación de Osiris como dios del inframundo a favor de Ra Harakhty por parte del clero de Amón. Estos dos hechos generan un nuevo tipo de estelas que solamente aparece en las necrópolis tebanas y que desaparecerá con la llegada de los faraones negros de la Dinastía XV.