El faraón

En torno a la figura del faraón y la familia real se desarrolla el primer ámbito del museo, que cuenta con diversas representaciones reales, algunos ushebtis principescos y varias piezas con nombres regios.

El estado egipcio, surgido en las riberas del Nilo, fue gobernado y dirigido por personajes dotados con un gran poder: los faraones. El faraón representaba el grado más alto de la pirámide social: como portador de la sangre divina era el sumo sacerdote que debía construir templos y mantener el culto a los dioses, comandante de los ejércitos egipcios, juez supremo… En definitiva, garante del orden cósmico que asegura el correcto funcionamiento del universo.
El faraón contó con determinados atributos característicos de su rango y función. Así, entre otros, destaca la corona pschent, emblema de la unión de los dos reinos en los que estuvo dividido Egipto; o la cobra erguida (ureo), protectora de la realeza. Incluso para la redacción de su nombre se utilizó un protocolo especial, formado por cinco elementos en su momento de máximo desarrollo, dotado con símbolos específicos como el serej o el cartucho. Entre los más de 300 faraones que se han documentado, hubo reyes sobresalientes y reyes de los que se conoce poco más que su nombre.

Estela de donación. Piedra caliza. Período Ptolemaico, reinado de Cleopatra VII (51-30 aC).

La reina y el rey realizan ofrendas a las divinidades Hega y Sacmis. A partir del estudio realizado por el Dr. Jean Yoyotte, la reina ha estado identificada como Cleopatra VII y el rey con Ptolomeo XIII o Ptolomeo XIV.

Cabeza de estatura del faraón Nectanebo I. Grauvaca. Dinastía XXX, reinado de Nectanebo I (380-362 aC).

Nectanebo I fue el fundador de la Dinastía XXX, última dinastía nativa. Egipto no volverá a disfrutar de una situación de independencia con líderes autóctonos hasta el siglo XX. La identificación con Nectanebo se basa en la comparación con estatuas que conservan el nombre de este faraón.

Ushebti de Taharqa. Granito. Dinastía XXV, reinado de Taharqa (690-664 aC).

Taharqa fue el más importante de los llamado faraones negros. Sus ushebtis, encontrados en la necrópolis de Nuri, muestran una versión especial de capitulo VI Libro de los Muertos.

Estatua del faraón Ramsés III. Granito. Reinado de Ramsés III (1194-1163 a.C.).

Se considera a Ramsés III como el último gran faraón del Imperio Nuevo. En la primera parte de su reinado realizó campañas militares victoriosas contra los libios y los temibles Pueblos del Mar. Después, la situación interior de Egipto fue deteriorándose tal como demuestran la huelga protagonizada por los trabajadores de Deir el-Medina y la célebre Conspiración del Harén, que pudo acabar con la vida del monarca. En esta bella estatua, Ramsés III sostiene un estandarte divino, que pudo estar rematado con la representación del carnero de Amón. Los textos jeroglíficos muestran los diferentes nombres del rey.

Relieve parietal con el rey Ajenatón realizando ofrendas florales a Atón. Arenisca. Dinastía XVIII, reinado de Ajenatón (1353-1335 a.C.).

Ajenatón fue el protagonista principal del momento más sugerente de la historia de Egipto, el Período Amarniense. Considerada como una época 'revolucionaria', las artes, la religión e incluso la política, se vieron afectadas por cambios tan profundos como efímeros.