Visionario, iluso, déspota, piadoso, enfermo, revolucionario…, son algunos de los adjetivos que se han utilizado para calificar al que, sin duda, ha pasado a la historia como el faraón más controvertido de Egipto. Fue protagonista, junto a la no menos determinante Nefertiti, de una época en la que triunfaron propuestas que rompían claramente con una tradición más bien conservadora y que afectaron sobre todo a la religión, la política y las manifestaciones artísticas.
Hoy en día, tras más de dos siglos de investigación egiptológica, la figura de Ajenatón y su época siguen generando opiniones tan apasionantes como dispares.