El legado material de Alejandro Magno tiene en la ciudad de Alejandría su máxima expresión. Así lo entendieron también sus en Egipto, los Ptolomeos, que la convirtieron en el escenario para la exhibición de sus intenciones políticas y de promoción de la cultura griega, a la vez que Alejandría se convertía en un cruce de culturas (egipcios, griegos, judíos y otros de todas partes del mediterráneo oriental). La construcción de edificios tan emblemáticos como el Faro o la Biblioteca, que han compartido fascinación a lo largo de los siglos con otros no menos legendarios como por ejemplo la tumba de Alejandro, han suscitado admiración de la antigua Alejandría que sobrevive al paso del tiempo.
Pero, el nido intelectual que emergió Alejandría, con los grandes intelectuales y pensadores mezclándose con personajes como por ejemplo el mismo Julio César o las divinidades de nueva aparición como Serapis, no surgió de manera accidental. El plan de los primeros Ptolomeos, Soter y Filadelf, por la que tenía que ser también el gran legado histórico de su monarquía, se realiza con la intención de articular un foco desde donde convertir el griego y la cultura helénica en el vehículo de adscripción cultural de la koiné, desde el mediterráneo oriental hasta la India.
Os proponemos un paseo histórico, arqueológico e intelectual por la ciudad que soñó Alejandro, construyeron los Ptolomeos, Alejandría, patrimonio del imaginario de la Antigüedad.
