A pesar de su corto período de utilización, la necrópolis de Meidum contiene un importante repertorio de elementos singulares. Al lado de la pirámide y de la anónima mastaba 17, las mastabas de Nefermaat/Itet y de Rahotep/Nofret merecen figurar entre los monumentos más destacados del Reino Antiguo, especialmente por lo hallado en sus capillas de culto. Junto a los detallados datos biográficos proporcionados sobre los príncipes y sus esposas (insuficientes en cualquier caso para identificar a sus progenitores), sorprende la técnica de ejecución de las representaciones parietales en las capillas de Nefermaat e Itet (esta última dividida entre cerca de una veintena de museos de todo el mundo) y sigue despertando admiración y placer la contemplación de las inmortales estatuas de Rahotep y Nofret.